El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), estiman que alrededor del 63% de menores de 14 años sufren de maltrato infantil. Por ello hablaremos de la importancia de denunciar este delito.
El maltrato infantil no solo se exterioriza de manera física, ya que este puede también tener repercusión el daño psicológico de quien es víctima. Los lugares más comunes para la comisión del maltrato son el hogar y la escuela, lugares donde los niños y niñas pasan la mayor parte del tiempo en su etapa formativa.
Al desarrollarse dentro de ambientes familiares se normalizan estas situaciones y encuentran el culpable de sus maltratos en ellos mismos.
La falta de responsabilidad al momento de atender las necesidades de los niños y niñas; como lo son la atención a la alimentación y cuidados de salud, se traduce en maltrato infantil.
Consecuencias del maltrato infantil
Las consecuencias del maltrato infantil afectan el desarrollo y formación de las niñas y niños, quienes presentan trastornos alimentarios, miedos irracionales, ansiedad, retracción social, desconfianza, etc. Además de lo anterior las personas que sufrieron maltrato infantil pueden replicarlo y ejercer actos de violencia contra otros; justificándolos como método de disciplina y corrección del comportamiento.
En México el maltrato infantil se ha normalizado al grado de entenderse como un método de disciplina. Puede o no haber una exteriorización física del maltrato, pero sí una agresión psicológica hacia el menor, con el objetivo de corregir cierto comportamiento.
La prevención y combate del maltrato infantil es una lucha que todos debemos asumir, desde nuestras autoridades públicas, obligadas a su observancia, prevención y sanción; hasta la sociedad que tiene contacto directo con estos actos deplorables, de ahí la importancia de denunciar.
Según la Convención sobre los Derechos del Niño y la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, como miembros de la sociedad tenemos la obligación de proteger a los niños y niñas.
En conjunto debemos propiciar un entorno ideal para el desarrollo de los menores; debemos evitar los círculos viciosos que dejan como consecuencia un mayor índice de violencia y criminalidad en la sociedad.
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