Que las letras pequeñas no te cuesten caro: la importancia de revisar la cobertura y exclusiones de tu seguro

la importancia de revisar la cobertura y exclusiones de tu seguro

Escrito por Carolina López

carolina@zarateabogados.com

agosto 10, 2025

En el mundo jurídico y financiero, contar con una póliza de seguro adecuada no solo es una medida de protección, sino también una decisión estratégica. No obstante, muchas personas desconocen el verdadero alcance de su cobertura y, sobre todo, lo que ésta excluye. Esta omisión puede derivar en problemas legales, pérdidas económicas y una ausencia total de respaldo en el momento más crítico.

Una póliza de seguro es, en esencia, un contrato. Y como tal, sus condiciones deben analizarse con la misma atención que cualquier otro acuerdo legal. Las exclusiones son cláusulas que establecen expresamente las situaciones en las que la aseguradora no está obligada a pagar. Por ejemplo, enfermedades preexistentes en seguros médicos, daños provocados por negligencia en seguros de automóvil, o afectaciones derivadas de fenómenos naturales no incluidos en la cobertura básica de seguros de hogar.

Tener claridad sobre qué se cubre y qué no, permite evaluar si el nivel de protección contratado realmente responde a tus necesidades. Es la mejor forma de evitar sorpresas desagradables, como descubrir que un siniestro no será indemnizado por estar expresamente excluido.

La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) recibe de forma constante reclamaciones derivadas de la negativa de las aseguradoras a pagar. En muchos casos, el origen del conflicto se encuentra en el desconocimiento de las cláusulas de exclusión o en la falta de lectura de las condiciones generales del contrato.

Antes de contratar cualquier seguro, es imprescindible revisar con detenimiento el contenido de la póliza. Solicita las condiciones generales, identifica las principales exclusiones, aclara conceptos como deducibles y sublímites, y no dudes en hacer todas las preguntas necesarias. Frases como “bajo ninguna circunstancia”, “queda excluido” o “en ningún caso se cubrirá” deben analizarse con especial cuidado.

Una vez formalizado el contrato, conserva la póliza en un lugar seguro y accesible. Además, revísala al menos una vez al año para asegurarte de que sigue respondiendo a tu situación actual. Las necesidades cambian, y lo que hace un año era suficiente, hoy podría no serlo.

Comprender tu póliza es más que una recomendación: es una acción responsable. Leer las letras pequeñas es una inversión de tiempo que puede evitarte grandes pérdidas. Tu tranquilidad financiera depende, en buena medida, de que sepas exactamente con qué cuentas… y con qué no.

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