El sistema de partidos en México es predominante en el modelo político, por medio el que se eligen servidores públicos. Citando a Giovanni Sartori1, el entonces Coordinador de Investigaciones y Desarrollo Legislativo, Alfredo Sainez2, refiere que el sistema de partidos proviene de la relación de un partido con otros que actúan en el mismo sistema de partido. Siendo a nivel histórico, y en una escala mundial el siguiente:
| SISTEMA DE PARTIDOS | ||
| Sistema | Países donde ocurrió/ocurre | Periodo Histórico |
| Partido Único | Albania y la Unión Soviética | Hasta 1989 |
| Partido Hegemónico | México | Hasta 1988 |
| Partido Predominante | Japón | Hasta crisis del Partido Liberal Democrático Japonés |
| Suecia | Hasta Crisis Partido Socialdemócrata Sueco | |
| Bipartidismo | Estados Unidos y Reino Unido | |
| Pluralismo Moderado | Alemania y Países Bajos | |
| Pluralismo Polarizado | Italia | Hasta reforma electoral |
| Atomización | Malasia |
En México, el origen de los partidos de manera reconocible se remonta a la lejana Ley Electoral de 1911. Sin embargo, desde el siglo XIX, existieron diversas corrientes ideológicas, que aglutinaron los intereses de diversas facciones en los grupos de poderes mexicanos; desde la época de las logias, los liberales y conservadores, los civilistas y militares liberales, los científicos y reyistas y finalmente todos los grupos reconocidos por el presidente Madero a través de la creación de la primer Ley Electoral señalada.
El sistema de partidos post-revolucionarios
Es importante señalar que, en 1928, a través de la figura de Plutarco Elías Calles, se gestó el primer partido de estado, el Partido de la Revolución Mexicana (PRM). Refundado, y medularmente, rebautizado por Lázaro Cárdenas en 1938, como Partido de la Revolución Institucional (PRI); se mantuvo como el partido hegemónico hasta 1988.
Cabe destacar que reformas como la de 1977 en materia electoral, se suscitaron a raíz de presiones políticas y sociales como el movimiento de 1968.
Asimismo, con el fortalecimiento del sistema electoral, y la acentuación de diversas crisis económicas, políticas y sociales en el país, el partido hegemónico paso a ser predominante y posteriormente uno multipartidista. Aunque serían precisamente esas crisis las que producirían nuevamente una cimbra al naciente multipartidismo mexicano, reforzada incluso indirectamente a través de la figura de las candidaturas independientes.
Así las cosas, la “caída” de partidos como el PRI y Acción Nacional (PAN) en las elecciones de 2018, fue un síntoma inequívoco de un cansancio generalizado de la población nacional, entorno al sistema partidista mexicano. Que sentó las bases de nueva cuenta para que, según la clasificación sartoriana, se recreara un sistema partidista de características predominante a través del Partido de Regeneración Nacional (MORENA).
En puerta de las elecciones “mas grandes de la historia” hasta la fecha, nuevamente el electorado se enfrenta a la posibilidad de dar continuidad con el proyecto del “revivido” régimen predominante, o por el contrario fortalecer el multipartidismo. La cuestión será evaluar, cual sistema podrá responder a las necesidades sociales de los últimos tiempos, sin diluirlas aún más.






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