El due diligence inmobiliario consiste en una investigación de la situación jurídica que guarda un bien inmueble; su la finalidad es determinar (i) si su compra es viable, así como (ii) si se le puede dar el uso al que pretende destinarse.

Dicho due diligence se conforma por las siguientes fases:
● Análisis de los documentos públicos y catastro.
● Análisis urbanístico.
● Análisis ambiental.
● Contratos inmobiliarios.

Due Diligence Inmobiliario

La primera fase tiene como objetivo establecer si quien dice ser propietario del bien inmueble es efectivamente su legítimo propietario. Así como, si dicho bien inmueble cuenta con alguna carga o gravamen que afecte su transmisión en favor de terceros.

La segunda fase, el análisis urbanístico, indica el uso y destino del suelo del bien inmueble. Su objetivo es determinar la viabilidad de que el bien inmueble obtenga los permisos y licencias necesarios para destinarlo al uso deseado. Por ejemplo, si se pretende adquirir un bien inmueble y posteriormente edificar un hospital sobre el mismo, es necesario que el
uso de suelo de dicho bien inmueble sea comercial y que su destino sea para clínicas y hospitales.

La tercera fase, busca concluir si el bien inmueble es un terreno forestal o no; así como los requisitos ambientales que deben cumplirse en el caso de que se pretenda su desarrollo. Su finalidad es evitar tener un pasivo ambiental.

Finalmente, la cuarta fase consiste en la transmisión de la propiedad del bien inmueble, la cual se documenta en un instrumento traslativo de dominio que frecuentemente es un contrato de compraventa.

Expuesto lo anterior y en caso de que el lector de este artículo se encuentre en proceso de adquirir un bien inmueble; recomendamos ampliamente la implementación de un due diligence inmobiliario, con la finalidad de mitigar algún riesgo legal.