Existen herramientas legales para maximizar el aprovechamiento del uso del suelo, tal y como es la potencialización de lineamientos urbanísticos, ya sea a través del incremento de la densidad o del Coeficiente de Uso del Suelo.
Tal es el caso de diversos reglamentos municipales, así como planes y programas en el área metropolitana de Monterrey, en los que se prevé la potencialización de lineamientos urbanísticos.
Por un lado tenemos al CUS optativo que permite aumentar la superficie de construcción originalmente prevista para el lote, mientras que la densidad optativa permite al desarrollador aumentar el número de viviendas por unidad de superficie.
Ahora bien, dichos beneficios pueden encontrarse determinados en programas, planes o bien en el respectivo reglamento municipal, Instrumentos mediante los cuales se establecerán los requisitos para formar parte de dichas potencialidades, como lo puede ser encontrarse en determinadas zonas o que el lote en cuestión cuente con cierto metraje, entre otras.
Dicho sea de paso, el otorgamiento de dichas potencialidades se encuentra condicionado al pagó de aportaciones económicas destinadas al mejoramiento de infraestructura y equipamiento urbano de la zona aledaña al inmueble.
Por lo tanto, si bien dichas herramientas pueden generar una flexibilidad constructiva para el desarrollador, es imprescindible verificar que el “costo- beneficio” resulte redituable entre las aportaciones económicas a erogar y el benefició obtenido.
De ahí que resulta esencial al momento de efectuar la planeación del proyecto a desarrollar, prever la existencia de dichas potencialidades en el marco normativo aplicable y determinar si resulta benéfico para la rentabilidad del proyecto.
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